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Isabel Torres
Experta en Bienestar
Llámame romántica o idealista; no importa, hoy ya consigo lo que tanto había añorado: todo lo que hago tiene la intención de hacer de este mundo un hogar donde vivir mejor (donde disfrutamos más sufriendo menos).
Antes de llegar al punto vital en el que me encuentro viajé con las ansias de cumplir con este propósito. Me di de bruces con mi realidad: estaba descuidando lo más cercano, ese lugar que primero habito, al que mis sentidos directos y mi poder -para cambiar las cosas- accede, ahí donde creo mi realidad: estaba olvidándome de cuidar de mi cuerpo.
"¿La brújula? Mens sana in corpore sano"
El cuerpo es nuestra primera casa, es el hogar primigenio, el punto de partida de cada sensación, pensamiento y acción. Y es el vehículo y ente creador de lo que nos sucede. La mayoría de las veces lo tratamos como una máquina. El sistema de vida o lo que sea que copiamos nos ha enseñado a explotarlo y consumirlo como una herramienta más y pretendemos, desde esa aproximación, generar nuestro éxito.
El hecho es que, en mi propia experiencia he podido aprender que el éxito puede a veces emerger de una urgencia, pero que, sobre todo, se sostiene, crece, se expande, se siente y contagia, cuando nos sentimos bien en nuestra piel.
Sentirnos bien en nuestra piel significa hablar de confianza; desde la confianza nos atrevemos a poner en juego las herramientas que tenemos, disminuyen nuestros miedos, nos impulsa a poner en práctica nuestros conocimientos y compartimos nuestras acciones (lo que engrandece sus efectos).
He recorrido mi camino para, primero entender esto y, segundo, ponerlo en juego e incorporarlo.
Absorbí el mejor consejo que me han dado nunca: 'vuelve al cuerpo'
Pudimos buscar poder sobre el mundo (afuera); pudimos intentar saberlo todo, pudimos querer disfrutar de lo mejor de lo mejor… Pusimos tanto foco afuera para para sentirnos abundantes, fuertes, buenos, valorados, para estar bien adentro. Pero, sin la capacidad de relajarnos para restaurar, de calmarnos para abrir, sin la capacidad -el tiempo y el espacio- para digerir tantas experiencias y para transmutar lo “malo” y descansar en nuestra propia piel, todos esos esfuerzos, luchas y consumos difícilmente los pudimos asimilar. Me sentí sobrepasada con tanto estímulo de afuera y tan ajena a mi misma. ¿Te ha pasado algo parecido a ti también?
Mi historia ha sido una danza un tanto caótica como ecléctica, que, en perspectiva tiene sentido y me trae aquí con integridad. Mi historia personal es de búsqueda, entre lo micro y lo macro, entre el estudio de lo tangible, de la materia, y lo intangible.
He buscado comprender las claves del éxito (de la buena vida) desde el estudio de laboratorio, explorando los detalles más pequeños, el cómo funciona lo elemental y lo orgánico, la relación entre forma y función, el funcionamiento de la fisiología y la anatomía de lo vivo; hasta la antropología, con el fin de lograr entender los comportamientos entre human@s y nuestra relación con el entorno, esa red que nos organiza, nos da y nos quita oportunidades.
Tanto estudiar variopinto, ni muchísimo menos ha sido tiempo perdido, ha sido bien invertido, el único “problema” está en que cuanto más miraba hacia afuera y lejos de las necesidades de mi día a día y más comprendía lo extraño y lejano, a la vez, más me alejaba de mi auto-cuidado y perdía el norte de mi brújula interior.
"Sentirse en casa es sintonizar con la confianza. Y la confianza es la llave de todo éxito”
Suerte que, aunque a veces por puro automatismo, a veces por la misma presión social de cuidar mi cuerpo para estar sana y bella, siempre estuve en contacto con alguna práctica física y energéticamente estimulante o equilibrante. Durante casi diez años, en mis años formativos, actué en teatro; practiqué gimnasia deportiva, artes marciales (taewondo, aikido, kárate…), powerlifting, danzas y, como no, yoga (además de mucho hacer el mono y la saltimbanqui, algo que sigo haciendo con mucho orgullo y sentido).
Cada viaje me ha dado piezas importantes claves en el rompecabezas del Mundo-Hogar. En México, me reencontré con el arte infantil de dejarse llevar. En Islandia, aprendí a valorar el silencio y la introspección como la escucha necesaria para que el ‘dejarme llevar’ se alinease y cultivase mis propósitos. En Tailandia, descubrí los secretos del masaje terapéutico intentando aplicar la ley del mínimo esfuerzo para los máximos rendimientos; una técnica que, más que un tratamiento, es un camino hacia la reconexión con nosotros mismos y la ecología natural. En cada uno de estos lugares, encontré formas nuevas de habitar me, de estar presente y ser en el mundo.
He recuperado y resintetizado para mi propia práctica profesional y personal bebiendo de cada una de las artes y ciencias más modernas y las más ancestrales que he experimentado y, a día de hoy, sigo en movimiento, con el mismo interés por evolucionar, ahora más tranquila. A una velocidad que me permita digerir e integrar lo nuevo (sustituir viejos hábitos, que ya no me sirven) disfrutando del viaje, que al final, es lo mejor que te puedes llevar, ¿no?.
Todo lo que tengo y sé, todo lo que he integrado hasta aquí, lo pongo a tu servicio para liberar tensiones, soltar dolores, incrementar el placer de vivirte y energizar la fortaleza de confiar en ti mism@.
El proceso de autocuidado no se aprende, se practica. Y te aseguro que, sentirte bien contigo, lo cambia todo.
Gracias a las diversas disciplinas que he estudiado y puesto en práctica he perfeccionado mi propio acercamiento al cuerpo, al yoga, a la danza y al masaje. Un enfoque holístico tanto como práctico y enfocado a tu necesidad. Uno que, en cada tratamiento o clase que doy, aplica lo mejor de cada práctica tocada: el movimiento consciente del yoga, la fuerza del powerlifting, los ritmos de la danza, la sabiduría del masaje terapéutico, las destrezas de las artes marciales... todo, resguardado por razones científicas. La integración de estas técnicas busca optimizar la salud física, emocional e incluso espiritual (si es que crees en ello). Mi éxito está en que conectes con tu bienestar, este es mi servicio y mi fin vital.
En cada toque, en cada respiración, busco guiarte hacia un estado en el que los dolores se desvanecen, la tensión se disuelve, los sentidos despiertan y se eleva tu fuerza interior. Es una experiencia para encontrar el equilibrio e inspirarte a sentir la vida plenamente, empezando por lo que siempre está presente y es el centro creador de tu realidad: tu cuerpo, tu templo.
Te invito a cuidarte conmigo; porque lo disfruto, porque lo disfrutas y, porque mi servicio es servirte; tu éxito es mi bienestar.
A menudo, no es más fuerte quién más carga, sino quien más suelta
"Cambié las pesas por el peso libre"
La estética sigue de una buena ética con nosotr@s mism@s
"Cambié mi relación con la estética, buscando la ética personal que la sustenta (me pone guapa tratarme bien)"
Cambiar el mundo es un viaje hacia adentro que se manifiesta hacia afuera
"Dejé de escribir un libro sobre el éxito en la Vida para aplicarme el cuento"
Interesad@s en nuestro servicio?
Estamos aquí para eso!
Comunicanos exáctamente tus necesidades para que podamos crear la solución adaptada a ti. Di qué quieres conseguir y haremos lo mejor que sabemos para apoyarte en ello.